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martes, 8 de mayo de 2018

VIVIR la NATURALEZA con los NIÑOS

                                   
Mi hija Rut  jugando en los pinares Origuela del Tremedal, años ochenta
                            
He leído y releído los libros de Joseph Cornell,  Vivir la Naturaleza con los NiñosCompartir el Amor por la Naturaleza  a lo largo de años, pero hoy en día están descatalogados y agotados.

Además Joseph Cornell, incluye al final de su segundo libro, un librito, de Jean Giono, "El Hombre que Plantaba Árboles" otro de mis libros preferidos que utilizaba con los niños en las actividades y que a Joseph  parece interesarle también.

Estos libros me han ayudado en mi trabajo de maestro, en el Colexio Andersen de Vigo, y me han servido, también, como fuente inagotable de inspiración.


Pues bien, ahora me encontré con "este libro, que se terminó de imprimir en el mes de Abril de 2018, un hermoso día de una recién estrenada primavera" Compartir la Naturaleza. Juegos y actividades para reconectar con la naturaleza. Para todas las edades de Joseph Cornell, editado por  La Traviesa Ediciones.  


En "la historia tras el libro" Joseph Cornell  nos dice "Ahora he renovado y reescrito completamente la guía original para celebrar su 35º aniversario. He incorporado a esta nueva edición los conocimientos adquiridos a lo largo de estos años. Este nuevo libro, ofrece los juegos más populares y queridos de los dos anteriores volúmenes y, además, incluye muchos juegos nuevos.


Con el transcurso de los años he llegado a la conclusión que los niños  aprenden más eficazmente si el maestro les inculca la enseñanza mediante un espíritu alegre. Los métodos propuestos en los libros de Joseph Cornell te ayudan precisamente a transmitir esa alegría.

Os contaré una anécdota del autor; hace unos años Joseph estaba trabajando en el Gran Cañón como asesor en educación de la naturaleza, cuando decidió una mañana pasar unas horas tranquilas contemplando el espectacular panorama. Se apostó en uno de los miradores más populares, que atraía un continuo flujo de turistas. Para su asombro, Joseph  advirtió que muy pocos de aquellos excursionistas dedicaban más de unos pocos segundos a contemplar el Cañón.

En lugar de abstraerse en la contemplación de tan grandioso lugar, manoseaban sus cámaras fotográficas, charlaban con sus amigos o familiares y volvían a sus coches.
De las ciento cincuenta personas que aquella mañana subieron al mirador, solamente tres de ellas parecieron contemplar intensamente, durante más de treinta segundos, una de las escenas naturales más extraordinarias de la Tierra.

Joseph no dejaba de advertir que los excursionistas carecían, en ese momento, de las peculiares dotes que una persona necesita para abstraerse por completo en la belleza de la naturaleza, de una obra arquitectónica o de un cuadro.

Cualquier persona puede desarrollar la capacidad de inspirarse en cualquier cosa que esté ante sus ojos desde la más inerte como una piedra a la más activa como un insecto, solo hay que enseñarla.




Antes de ponernos a explorar la naturaleza con los niños tenemos que pensar en nuestro papel de maestros. Hay una serie de principios para la enseñanza al aire libre que me han ayudado a trabajar con los ellos.

- Enseña menos y comunica más 
Además de describir a los niños simples hechos naturales (este árbol es un pino marítimo). Me gusta hablarles de mis sentimientos ante la presencia de este árbol. Les explico mi asombro y respeto de este pino, como puede sobrevivir en estas condiciones, como las raíces se arreglan para encontrar alimento para ese árbol tan grande y tan viejo, tiene tantos años como tu abuelo.
Es muy importante para el maestro comunicar sus sentimientos al niño. Sólo si comunicamos lo que verdaderamente creemos, seremos capaces de que ellos se identifiquen con lo que queremos comunicar.

- Trata de ser receptivo
Ser receptivo significa saber escuchar y mantener vivo el interés.
Sé sensible a cada pregunta, cada comentario, cada exclamación, es una oportunidad para comunicarse.

- Concentra la atención del niño
Trata de interesar a todos de la manera más intensa posible, planteando preguntas a cada uno y llamando la atención sobre cosas  que ven o sonidos que lleguen a todos.

- Mira y experimenta primero. Habla después
Una recién nacida libélula, una seta de naranja intenso, una ardilla cogiendo una piña, dar de comer a un caballo,...
El niño rara vez olvida la experiencia directa.

No importa si no sabes algunos nombres, lo importante es observar. Siente, huele, mira, toca los labios suaves y sedosos del caballo.
Haz lo mismo con  la corteza de un árbol, huele las hojas. Siéntate en silencio debajo del árbol.

Mira. Plantea preguntas. Adivina. ¡Diviértete!.

- La experiencia tiene que verse impregnada de entusiasmo
Recuerda, tú entusiasmo es contagioso y puede constituir el mejor recurso para el maestro.



Para los niños, la naturaleza es un parque de atracciones, excelente medicina y aula de aprendizaje. 

El contacto con ella mejora la salud, la capacidad de atención, el desarrollo motor y cognitivo, la autonomía, la seguridad, la adquisición de valores...

Joseph Bharat Cornell es el autor de dos libros, Vivir la Naturaleza con los Niñosen el se encuentran  juegos de naturaleza muy motivadores.

- Encuentra un árbol.
Este juego es para hacer en parejas, uno lleva los ojos cerrados y el otro busca un árbol le dice que lo toque de abajo arriba y de arriba abajo, cuando crea que ya conoce el árbol el que hace de lazarillo lo lleva a dar un pequeño paseo, para, y le dice que abra los ojos y que busque su árbol. Cuando lo encuentra, se cambia el cometido de la pareja.



- Paseo a Ciegas.
Este juego es muy simple y que les entusiasma,  forma parejas, una hace de lazarillo y otra de ciego, el lazarillo lleva a darle un paseo por el bosque, muy despacio para que vaya percibiendo con el tacto de los pies como es el suelo, con los oídos, que sonidos distintos producen los pies. Lo principal el que haya una gran confianza entre los dos.





Su segundo libro Compartir el Amor por la Naturaleza.  presenta su sistema pedagógico, Cornell ha llamado a este Sistema Aprendizaje Fluido a causa de estar constituido por  cuatro etapas, en las cuales el paso de una a otra, se efectúa de forma fluida, fácil y natural:
                                               
                                             
Etapa 1: Sin el entusiasmo, jamás podremos captar el sentido de la experiencia de la naturaleza.

Etapa 2: El aprender depende de cómo concentremos la atención. El entusiasmo solo no es suficiente.

Etapa  3: Conforme vamos progresivamente enfocando nuestra atención, nos hacemos más conscientes no sólo del mundo exterior que percibimos mediante la vista, el oído, el tacto y el olfato, sino también de todo aquello que percibimos a través de nuestra intuición. De tal forma que en esta tercera etapa absorbemos una experiencia directa.

Etapa   4: La experiencia hace el conocimiento más profundo. Pero ¿qué significa profundizar en el conocimiento? Imagínese que usted es el observador inmóvil y que los pájaros se posan muy cerca, sobre un árbol en el cual se ha apostado. En esta situación de inmovilidad puede sentir tanto un gran estallido de jubilo como una serena felicidad. La naturaleza es siempre inspiradora.
A esta  cuarta etapa la ha llamado compartir la inspiración, pues compartir fortalece y clarifica nuestras propias experiencias profundas.




Bibliografía: 

Estos son los libros que he utilizado y que hoy en día están descatalogados  y agotados.



Ahora, en mayo 2018,  La Traviesa Ediciones  ha editado y traducido Compartir la Naturaleza de Joseph Cornell, renovado y reescrito completamente basado en los dos anteriores libros, para celebrar  35º aniversario de la publicación del primer libro "Vivir la naturaleza con los niños".

El prólogo de esta edición esta escrito por Heike Freire, directora de la revista Cuadernos de Pedagogía y autora de Educar en verde.



Un libro muy interesante, como los dos anteriores, pero mejorado, tanto por el autor como por los traductores y diseñador, de Traviesa Ediciones, muy cuidado, eso se nota a la hora de tocarlo, verlo y leerlo.
 Además es respetuoso con el medio ambiente, con una ecoedición, con tinta y papel certificado. 

Si leemos los agradecimientos de la editorial es interesante ver que el autor Joseph Cornell apoyó el proyecto de editar su libro. Eso dice mucho de él.

                                        
Joseph Bharat Cornell 


Para saber más 

Conferencia de Joseph Cornell, en el I Congreso Virtual de Educación Ambiental en marzo de 2020
facilitado por La Traviesa Ediciones
https://latraviesaediciones.es/la-traviesa-ediciones/joseph-cornell-en-exclusiva-conferencia-en-castellano/?fbclid=IwAR319bA9P8HXyAWV0uKrbAIFcb7BJNmb4GJUPR1BFpBoOO4lFWGP1uvROnA




Web:

https://www.sharingnature.com/      (Fundación de Josph Cornell)
               
http://www.movimentobloom.org.pt/              (Representantes del movimiento en Portugal)














lunes, 31 de octubre de 2016

El HOMBRE que PLANTABA ÁRBOLES



El Hombre que Plantaba Árboles, es un cuento alegórico del autor frances Jean Giono, publicado en el año 1953. Cuenta la historia de los esfuerzos de un pastor para convertir un desolado valle en las estribaciones de los Alpes, cerca de la Provenza, en un bosque, a lo largo de la primera mitad del siglo XX.

La historia es tan conmovedora que muchos lectores creyeron que Elzéard Bouffier fue un personaje real y que el narrador era el propio Jean Giono, y que por lo tanto, la historia habría sido en parte autobiográfica.


El autor lo explicó en una carta en el año 1957:
"Lamento decepcionarles, pero Elzéard Bouffier es un personaje ficticio. El objetivo era hacer a los árboles agradables, o más bien la plantación de los árboles agradables"

Esta historia me conmovió tanto,
que se me ocurrió introducirla, como una de las actividades, en un taller que tuve en el Colexio Andersen, durante unos treinta  años, un día a la semana.

¿De que forma realizaba la actividad?
Al principio, leía el libro y a continuación se lo contaba al grupo, siempre como si fuese una historia real, para que de esa forma  mantener la motivacións, además les enseñaba el mapa de Francia y en el le señalaba la zona en que el pastor plantaba los árboles.

A continuación íbamos a un terreno cercano y plantábamos las distintas semillas que habíamos traíamos cada uno, bellotas, castañas, nueces y avellanas.
Para su plantación utilizábamos una barra de hierro del groso de un dedo como hacia Elzéard Bouffier y poníamos la semilla dentro.

Según pasaban los años fui consiguiendo más libros que  los iba repartíendo entre los niños para que lo leyeran en casa, y a la hora del taller, realizábamos un coloquio, les enseñaba el mapa y a continuación  íbamos a plantar.

Más adelante, conseguí el CD del Hombre que plantaba árboles 
con música de Paul Winter Consort y narrado por  Lara López.
https://www.ivoox.com/hombre-plantaba-arboles-j-giono-musica-audios-mp3_rf_162174_1.html?autoplay=true

Lo que hacíamos era  seguir la lectura, la música  nos hacía imaginar el viento, la fiereza de los poblados abandonados, el agua...
Después como siempre les enseñaba el mapa de la zona e íbamos a plantar.


Por último hace como unos años conseguí  el cortometraje de animación de origen canadiense, dirigido por Frédéric Back que ganó el  Oscar al mejor cortometraje animado de 1987  doblado por Lara López y música Paul Winter.



Nuestra experiencia, digo nuestra, porque es la experiencia de los niños y niñas del taller, es muy positiva. 
Habremos plantado unas trescientas semillas anuales y como los últimos veinte año ha sido en el mismo terreno, hoy se nota los cientos de árboles de todos las edades, desde plantones a árboles de tres metros.

Hemos conseguido que los dueños de los terrenos, corten los eucaliptos y pinos, limpien el monte pero respeten y cuiden estos "árboles que han nacido solos" porque durante este tiempo nadie me pregunto nada  ni yo tampoco lo hice.

Dentro de unos años podremos ver un bosque de robles y castaños, algún que otro  nogal y unos cuantos avellanos.

Lo que más me impresiona es cuando me encuentro con antiguos alumnos, que trabajaron en el taller y plantaron sus semillas, se acuerdan de aquel libro, me preguntan, ¿cómo están los árboles?.

Otros me dicen que han plantado en donde veranean, otros cerca de su casa y lo importante es que  se lo van pasando de una a otras personas  y así serán muchas más las "personas que planten árboles".




Bibliografía


Prólogo de José Saramago.

y epílogo de Joaquín Araujo
Hay más ediciones en otras editoriales.

NOTA:
Este libro lo incluye Joseph Cornell en el apéndice de su segundo libro, "Compatir el amor por la naturaleza".
Así, que debe ser un libro que debe parecerle interesante. 





A partir de este cuento les fui mostrando otras personas que también Plantan Árboles en el Mundo



Wangari Maathai (Kenia 1940-2011)
            


La madre de los árboles. Fue la primera mujer de África Central y Oriental que consiguió un doctorado y la primera mujer en su país con un cargo en la Universidad. 

En 1976 comenzó a promover sus criterios sobre la utilidad de plantar árboles entre sus conciudadanos para lograr así tanto la conservación del medio ambiente como una mejora  de la calidad de vida de las clases desfavorecidas de su país.
Esta tarea fue la base sobre la que se constituyó el movimiento Green Belt Movement, el Movimiento Cinturón Verde.

Wangari Maathai, la "mujer negra y verde", ha merecido el reconocimiento internacional por su lucha a favor de la democracia, los derechos humanos y protección de la naturaleza.

Premio Nobel de la Paz, esta concesión es más una manifestación a favor del medio ambiente y de la paz. Es una decisión que da alas al movimiento feminista en África y que honra a esas extraordinarias mujeres que cargan sobre sus hombros con la responsabilidad de sus familias y su supervivencia.

Wangari decía "Quien destruye la naturaleza arruina el futuro de los hombres y, en consecuencia, genera conflictos, tensiones y guerras". 

Ella ha convertido el acto de plantar árboles en un símbolo de paz.



Video


En recuerdo  de Wangari Maathai



                                          

Bibliografía

Wangari Maathai. La madre de los árboles.    Ehlert, Stefan    Icaria editorial
Maathai nos transmite un mensaje "Quien destruye la naturaleza arruina el futuro de 
los hombres y, en consecuencia, genera conflictos, tensiones y guerras. Ha convertido
el acto de plantar árboles es un símbolo de paz.

 Movimiento Cinturon Verde.  Maathai, Wangari       Catarata
Fundó el Movimiento, que ha permitido a mucha gente, sobre todo mujeres, plantar árboles en sus regiones, proporcionarles de esta forma comida y madera, y frenando también la erosión del suelo y la desertización.

Este libro es un instrumento muy importante para divulgar ampliamente esa inspiración.




WANGARI y los árboles de la paz.  Winter, Jeanette     Ediciones Ekaré
Es un libro infantil. Una historia verdadera de África. Wangari Maathai nos dice
"La tierra estaba desnuda. Mi misión fue tratar de vestirla de verde"




Plantando los árboles de KeniaLa historia de Wangari Maathai   Nívola, Claire A.   Edic. Juventud

Con unas preciosas acuarelas y una prosa lírica, Nívola narra la preciosa historia de superación y esfuerzo. Además una nota de la autora proporciona más información sobre Wangari y el movimiento Cinturón Verde.




Jadav Payeng 

El hombre que plantó un bosque en la India 



La India goza de un bosque inusual que logró florecer en el banco de arena de un río. Pero lo que ahora asombraría a los botánicos sería el trabajo diario de la única persona que dedicó su vida a esta tarea.

En 1979, Jadav Payeng, un joven local de 17 años de la ciudad india de Jorhat, encontró decenas de reptiles muertos en el banco de arena del río Brahmaputra por la falta de sombra, esto le resulto muy impactante. Habló con los servicios oficiales, y le aconsejaron plantar bambú, le ayudaron dándole los plantones.

Treinta y cinco años después, la cruzada personal de Jadav Payeng, ahora de cincuenta años, es un enorme bosque casi dos veces mayor que el Parque Central de Manhattan.

El bosque se llama Molai, según el apodo de Payeng. 

No solo su bosque cambio el paisaje local, creando un lugar de sombra para los animales y la gente, sino que también frenó la desaparición de la isla, Majuli es una pequeña isla que se encuentra en el Estado de Assam, en el nordeste de la India, en medio del rió Brahmaputra. Se dice que a finales del siglo XIX, esa masa de tierra poseía una superficie total de 1150 km2, sin embargo, con el paso del tiempo, su tamaño iba disminuyendo, debido a la erosión del agua.

Jadav Payengy fue creando una verdadera reserva natural, que alberga tigres, rinocerontes, elefantes..., y una variada especies de aves.




Foret Man (2013) es un documental que muestra el trabajo de un hombre que se ha mantenido luchando para revertir la situación.
                                    





Yacouba Sawadogo

El hombre que frenó el desierto


Tal y como Elzéard Bouffier, el protagonista del libro "El hombre que plantaba árboles", el hombre con ahora 66 años plantó así 30 hectáreas de bosque. Una cubierta vegetal hecha de especies locales.
El Zaï, una técnica tradicional, este método consiste en cavar hoyos de unos veinte centímetros en los que se deposita estiércol y compost al lado de las semillas.



Esta técnica ya cruzó las fronteras de Burkina Faso, y da ejemplo desde entonces a ocho paíes del Sahel. Hasta la fecha, el método ancestral mejorado permitió rehabilitar más de 3 millones de hectáreas de suelos estériles.



Video:

El Dr. M. Sanjayan en su investigación del agua en la Tierra, nos narra la breve historia de Yacouba Sawadogo, llamado el  Loco del Pueblo  y hoy llamado el "Loco Héroe", que ha trabajado más de treinta años para detener la desertificación del Sahel.    
Yacouba cavo hoyos en la temporada seca que rellenaba con semillas y estiércol que sirve como alimento para el hongo del que se alimentan las termitas. Las termitas se asientan en los hoyos que cavo Yacouba y empiezan a cavar túneles que en la temporada de lluvias se inundan y permite que el agua se conserve, permitiendo que las plantas crezcan, que las plantas atraigan a las aves y estas trigan más semillas, permitiendo que crezca un bosque.                            





Yacouba Sawadogo en su primer bosque ganado al desierto del Sahára, su técnica a permitido recuperar tres millones de hectáreas.