Hoy voy a presentaros una actividad que se me ocurrió, buscando y rebuscando distintas formas de trabajar con los niños y me encontré con la imagen que encabeza este post, me hizo pensar.
Me imaginé posibilidades que me divirtiesen a mí, y lo por tanto, divirtieran a los niños y a continuación me hice una pregunta, ¿qué me gustaría hacer? pues Pintar pero fuera del cuadro, como hacen ellos.
Cuando expliqué a los niños que podían seguir pintando el cuadro, pero haciéndolo fuera de ese pequeño espacio del que nunca podíamos salir.
No lo podían creer, cuando empezaron a experimentar no podían parar, se les ocurrían más y más cosas para hacer, pintar, pegar, atar...
Eso quería decir, que del cuadro podían salir algun, trazos, formas y terminar en la pared o seguir conquistando más y más superficie hasta llegar al suelo o al techo y hasta volar.
Tenemos que tener muy presente, que nada está MAL, nos puede gustar o no a nosotros pero si ellos están convencidos de lo que están creando está BIEN, de esta forma se encontrarán cada vez más seguros, con lo que crearán más y mejor.
Cuando ya se encuentran seguros suelen hacerte una pregunta, si alguna parte del cuadro se cae al suelo, ¿se puede pintar en el suelo?.
Ya que el suelo es una zona donde no suele pintarse, como tampoco pegar cosas y ahora como pueden realizarlo se encuentran libres y lo que hacen lo hacen concentrados, con mucha más seguridad, ellos pueden expresarse como quieran.
Como quieren, les gusta, en definitiva se divierten y eso es lo que tenemos que conseguir que sea como un juego.
Ya que el juego es un medio de exploración que desarrolla la iniciativa e independencia en el niño.
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