Como siempre las clases de
Educación Plástica las empezamos con
música y
relajación, pero al
comienzo del curso para que todos conozcan mejor a sus nuevos compañeros realizamos unas sesiones de
juegos, que pueden ser estos u otros, siempre que exista una relación corporal entre los participantes.Generalmente empezamos por el juego del Lazarillo, para lo que hacemos parejas aleatorias en las que uno es el guía y el otro va con los ojos tapados, a los cinco minutos más o menos cambian de personaje.
Muy importante es que el que el guía tenga mucho cuidado para que su compañero/a que lleva los ojos tapados no tenga el más mínimo percance y pierda su confianza, lo que trastocaría el objetivo del juego.
Este juego puede tener variaciones, podemos llevarlo de la mano, por el brazo, por el hombro y cuando hay mucha confianza en la guía se puede llegar a no tener contacto con ella y fiarse de sus mínimas indicaciones.
Este juego podemos variarlo para que sea más motivador y divertido, dar un paseo fuera del aula, subir o bajar escaleras o ir al patio...
O variarlo más, ahora sin lazarillos, todos con los ojos tapados, tienen que moverse por la sala, hay dos normas básicas para que se desarrolle bien, silencio para poder oír cualquier pequeño sonido y andar muy despacio para poder controlar nuestro movimiento.
Cuando una persona se encuentra con otra la toca la esquiva y sigue andando
Otro de los juegos que utilizamos es el
Tren con guía, este juego puede tener
dos posibilidades, que la persona
guía vaya al comienzo o
al final del grupo, y el número ideal debe estar entre cinco o seis personas.
Para empezar mejor que la guía se ponga al comienzo del grupo y este siga los movimientos que la guía vaya haciendo.
Cuando la persona guía se pone al final tiene que dirigir al grupo con toques en los hombros de la persona que tiene delante, por ejemplo según que hombro le toque será hacia marcará el lado que tendrá que ir y si toca los dos, de frente... o bien inventarse otro lenguaje táctil.
Un tercer juego, sería el de las Esculturas corporales, un niño es el escultor y el otra será la esculpida, el escultor será el que tiene que manipular a la "estatua" imponiéndolo posiciones que debe mantener.
Este juego puede complicarse si aumentamos el número de participantes de cuatro o cinco personas, en el que seguirá habiendo un escultor/a y las demás personas las tendrá que colocar de la forma que ella vea mejor, más estética o le guste más.
Es interesante que los grupos sean lo más heterogéneo posible para que los niños se conozcan más y mejor.
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