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miércoles, 21 de agosto de 2019

Poner ETIQUETAS a un niño es muy FÁCIL; quitárselas NO

Imagen de AULA intercultural


En el siguiente vídeo "Poner una etiqueta a un niño es muy fácil; quitársela no", nos explica el psicólogo Alberto Soler de una forma muy clara el Poder de las Expectativas.



Esta teoría la entendemos como uno de los factores que influyen en la motivación de los niños en el aula o en casa. Aparentemente parece que es un efecto mágico, pero no lo es, lo que ocurre es que las personas nos formulamos expectativas diferentes con nuestros alumnos o nuestros hijos y esto hace que los tratemos de forma distinta de acuerdo con dichas expectativas.

Estas expectativas que tiene el profesor o los padres sobre el alumno o su hijo es lo que se le denomina Efecto Pigmalión, en el siguiente vídeo nos lo explica la psicóloga Patricia Ramírez.


En los años 60 el psicólogo americano Robert Rosenthal  publicó un artículo "El poder de las expectativas" en el que se dedicaba a estudiar como estas podían influir en los resultados de sus experimentos.

Una maestra de un colegio de Estados Unidos Lenore Jacobson, se puso en contacto con Rosenthal, para realizarlo en las aulas, seleccionaron 320 alumnos de seis cursos diferentes al azar, para llevar a cabo unas pruebas de inteligencia, a fin de homogeneizar a todos los que tenían las mismas capacidades.
De los 320 alumnos eligieron aleatoriamente a 65 de los que realizaron unos informes falsos que entregaron a sus profesores, en los que se hacía constar que habían obtenido unos resultados brillantes.

El análisis de los resultados académicos realizados después de ocho meses, demostró que el rendimiento de los alumnos  elegidos "al azar" durante el curso, habían mejorado considerablemente.
Con esas etiquetas que les pusieron los profesores de una forma inconsciente les daban un trato diferenciador, mantenían más tiempo el contacto ocular con ellos, eran más amables, les sonreían con más frecuencia, no les importaba que preguntasen... y fue ese trato diferenciador el que les hizo despuntar con respecto a los demás.




El siguiente vídeo nos explica Robert Rosenthal el Poder de las Expectativas



El propio Rosenthal considera cuatro factores:

1.- Se genera un clima emocional más cercano. Esto se debe principalmente a la utilización de un lenguaje no verbal inconsciente que permite transmitir las emociones a través de gestos, expresiones faciales, tono de voz, miradas, sonrisas,...
Esta comunicación no verbal constituye un complemento imprescindible del lenguaje verbal permite al alumno captar y reaccionar ante los mensajes transmitidos por el profesor.

2.- Se les enseña más materia. Las expectativas creadas en la capacidad del alumno hace que el profesor se esfuerce más para explicar nuevos contenidos académicos. Esto no ocurre con los alumnos que el profesor "cree" que son menos inteligentes.

3.- Se les pregunta más. El profesor confía más en las respuestas de estos alumnos, por lo que se les pregunta más y con mayor grado de dificultad. Les ayuda más en las respuestas al sugerirles alternativas, les interrumpe menos, les da más oportunidades de respuesta y más tiempo para responder.

4.- Se les elogia más. Cuando más se cree en el niño más se le alaba para que pueda obtener mejor resultado, si el profesor no cree en la capacidad del alumno puede aceptar una respuesta incorrecta o incompleta.


Lo importante del efecto Pigmalión es que el profesor  sea consciente y lo canalice a toda la clase para que no existan de  niños inteligentes o niños no inteligentes.



Un caso real

En la clase de Educación Plástica siempre tenía un reto, que los niños se convenciesen que todos podían dibujar bien, algo que generalmente a la edad de 12 años muchos de ellos estaban  convencidos de que no sabían dibujar, ya se lo habían dicho sus padres, sus familiares...

Lo primero el profesor tiene que estar convencido y entusiasmado y convencer  y entusiasmar a los niños de que todos tienen esa posibilidad, de que todos son iguales y que todos pueden aprender a dibujar bien, si siguen una serie de pasos.
Manfred Spitzer  dice, "La persona del profesor es el instrumento didáctico más potente". No es la pantalla, la pizarra ni la presentación en  Power Point... Ninguno de estos medios, sino un maestro entusiasmado por su materia que elogia a los alumnos y los mira con afecto.

Desarrollamos las siguientes ocho clases, pensando en eso, y ¿cual fue su sorpresa? que a partir de la tercera clase ya dibujaban bien, no se parecía en nada a como dibujan anteriormente.

Y a partir de ese momento la autoestima de los niños mejoró, al finalizar las ocho sesiones, no tenían problema con el dibujo.


Para saber más

Blog de El Pais,  "El profesor Pigmalión entra en clase"
http://blogs.elpais.com/ayuda-al-estudiante/2013/09/el-profesor-pigmalion-entra-en-clase.html









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